martes, 18 de junio de 2013

Personajes ilustres de Manabí

Eloy Alfaro Delgado


Fue Presidente de la República del Ecuador en dos ocasiones en períodos que comprenden entre 1897 a 1901 y 1906 a 1911, general de División del Ejército del Ecuador desde 1895 y líder de la revolución liberal ecuatoriana (1895 - 1924). Por su rol central en las batallas de la revolución y por haber combatido al conservadurismo por casi 30 años, es conocido como el Viejo Luchador. Alfaro inició su lucha contra los conservadores católicos desde los años 60 del siglo XIX, pero la fuerzas revolucionarias lo nombraron Jefe Supremo de las provincias de Manabí y Esmeraldas, durante su rebelión en febrero de 1883, lo cual duró hasta el 11 de octubre del mismo año.
El 5 de junio de 1895, el pueblo de Guayaquil se pronuncia en contra del presidente interino Vicente Lucio Salazar y lo nombra Jefe Supremo, por lo que Eloy Alfaro vuelve al país desde el destierro en Panamá y se da inicio a la Revolución liberal y a una corta guerra civil con la que conquista el poder.
El 17 de enero de 1897 es nombrado Presidente Constitucional hasta el 1 de septiembre de 1901, con lo cual entre sus principales logros estuvo la separación entre iglesia y Estado. Después de su primer gobierno, apoyó a su sucesor, Leónidas Plaza Gutiérrez, pero poco tiempo después surgieron diferencias entre ambos. Se opuso contra el gobierno de Lizardo García el 1 de enero de 1906 y a pocos días, el 17 de enero, se proclama Jefe Supremo y gobernó hasta el 12 de agosto de 1911. En el segundo período de gobierno de Alfaro se realizaron varios cambios, entre los cuales consta la legalización del divorcio, la construcción de numerosas escuelas públicas, se instauró la libertad de expresión, se instituyó el laicismo, el derecho a la educación gratuita, así como el matrimonio civil. Sin embargo, se considera como el mayor logro de este período el haber finalizado la construcción del Ferrocarril Transandino que unió las ciudades de Guayaquil y Quito.

Leonidas Plaza
  

Político y militar nacido en Charapotó, provincia de Manabí, el 18 de abril de 1865 (el historiador Roberto Andrade sostiene que es oriundo de Barbacoas, Colombia), hijo del maestro de escuela Sr. José Buenaventura Plaza Centeno y de la Sra. Alegría Gutiérrez Sevillano, ambos barbacoanos pero radicados en Ecuador.

Pocos son los datos que se tienen sobre sus primeros años y su educación, pero se conoce que durante su juventud se dedicó a la venta de «chicha», hasta que Eloy Alfaro, de paso hacia Bahía de Caráquez, lo encontró por allí y lo enroló en su milicia revolucionaria. Participó entonces en la campaña de la Restauración, y el 9 de julio de 1883 intervino como abanderado en la toma de Guayaquil, con la que se puso fin al gobierno dictatorial del Gral. Ignacio de Veintemilla.

Al año siguiente fue uno de los expedicionarios que a bordo del Alajuela acompañó a Alfaro en su campaña contra el gobierno del Dr. José María Plácido Caamaño, tomando parte en el sangriento y desigual Combate Naval de Jaramijó, donde fueron derrotados. Intervino luego en la campaña terrestre que fue tan desastrosa como la naval, y al igual que sus compañeros de armas tuvo la suerte de poder escapar providencialmente con vida, pero tuvo que abandonar la patria con destino a Centroamérica.

Radicado en El Salvador, pronto ingresó al ejército de dicho país y se hizo notable por su valor; ya por 1887 había alcanzado el grado de Coronel y en 1890 tuvo importante actuación en la guerra que ese país sostuvo con Guatemala.

Al consumarse en Guayaquil la Revolución Liberal del 5 de junio de 1895, volvió al Ecuador para prestar sus servicios a la causa y participó en la campaña del interior que consolidó el triunfo del liberalismo en el país y llevó al poder al Gral. Eloy Alfaro.

Dos años más tarde, al iniciarse la reacción conservadora salió nuevamente en campaña militar contra los revolucionarios, y el 3 de julio -en el combate de Quimiac, cerca de Riobamba- obtuvo un sonado triunfo sobre las fuerzas insurgentes. Posteriormente fue nombrado Comandante y Jefe de las provincias del sur, con residencia en Cuenca, donde a pesar de la fuerte oposición que en dicha ciudad se hacía al liberalismo, su comportamiento atinado, justo y equitativo le granjeó la simpatía y el respeto general.

En 1901, al acercarse el final del primer gobierno del Gral. Alfaro, surgió la interrogante de quién debía sucederle en el mando. Se presentó entonces la candidatura del Gral. Manuel Antonio Franco, antiguo y leal colaborador de Alfaro, quien estaba apoyado por varios cuarteles y grupos extremistas, pero ésta no prosperó porque su imagen estaba muy desacreditada ante la población civil que proponía los nombres de don Lizardo García y de don Manuel Benigno Cueva.
Alfaro pudo haber escogido a un civil, pero la situación política del país estaba viviendo un período de constante agitación, por lo que finalmente decidió respaldar la candidatura del Gral. Leonidas Plaza, quien con su «apoyo» y en base a que «no podemos perder con papelitos lo que hemos conquistado con las armas», resultó vencedor en la contienda electoral.

fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Eloy_Alfaro
 http://www.enciclopediadelecuador.com/temasOpt.php?Ind=1780&Let=


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